martes, 31 de enero de 2012

La anunciación de Jan Van Eyck

El Díptico de la Anunciación es un óleo sobre tabla pintado por Jan van Eyck.

Está formado por dos tablas, cada una de las cuales mide 39 centímetros de alto y 24 centímetros de ancho. Se conserva en el Museo Thyssen de Madrid.
Representa el tema de la Anunciación del arcángel Gabriel a María de que será madre, según se relata en el Evangelio de Lucas. Es frecuente en las obra de Van Eyck, inscripciones en los marcos, que sirven como trampantojo. Aquí reproducen la primera y última frase del diálogo. Sobre Gabriel figura el saludo que dirige a María: "Salve, llena de gracia, el Señor es contigo", y sobre María: "He aquí la sierva del Señor; hágase en mí, según tu palabra".

Lo innovador de esta pintura es el trabajo de Jan Van Eyck a la hora de fingir que son dos esculturas insertas en nichos, donde hasta el marco, rebasado aparentemente por el ala del ángel, es un trampantojo. También los basamentos de piedra sobre los que se alzan las supuestas estatuas sobresalen de los montantes. Los colores usados son el blanco y gris para las figuras, el negro para el fondo y las sombras y el marrón para el marco donde se encuentran las dos estatuas. Las figuras están realizadas en grisalla. Son como estatuillas que reposan en peanas con un fondo negro de mármol pulido sobre el que se reproduce, a modo de espejo, lo que sería la parte trasera de las esculturas. Sabe reproducir las diferentes texturas de las piedras. Da la impresión de una verdadera obra tridimensional salvo por la paloma, que evidentemente nunca podría estar esculpida en solitario, sin nada que la sustentase. La luz parece provenir de la parte de la derecha del cuadro reflejando las sombras de las figuras hacia el lado izquierdo.

martes, 3 de enero de 2012

El Panteón de los Reyes de León.

El Panteón de los Reyes de León está situado en la Basílica de San Isidoro de León, en dicho panteón fueron enterrados todos los reyes  y reinas de León durante la Edad Media.





La reina Sancha de León, persuadió a su esposo, Fernando I de León, para que ambos fuesen sepultados a su muerte en el Monasterio de San Juan Bautista de León, que cambió su nombre por el de San Isidoro cuando los restos del santo fueron trasladados al monasterio en el año 1063, a petición de Fernando I, quien deseaba que las reliquias del arzobispo sevillano reposasen en la ciudad de León. Años antes, el padre de la reina Sancha de León, Alfonso V de León, ordenó trasladar los cuerpos de varios reyes y reinas que se encontraban dispersos por todo el territorio leonés allí, para que todos yaciesen en San Isidoro de León. A comienzos del siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, la Basílica de San Isidoro de León fue ocupada por las tropas de Napoleón, quienes convirtieron el templo en pajar, y utilizaron los sepulcros de piedra de los reyes como abrevaderos para sus monturas, extrayendo para ello los restos reales de los sepulcros en los que se hallaban, resulta imposible en la actualidad el reconocimiento de los restos de los distintos reyes por esa razón.
Dentro del Panteón están representados los tres ciclos litúrgicos, Navidad, Pasión y Resurrección de Cristo.
- La Navidad: Anunciación, Visitación, Epifanía, Natividad, anuncio a los pastores, huida a Egipto, circuncisión y degollación de los Inocentes.
-La Pasión: Última Cena, escenas de la Pasión y Crucifixión.
-La Resurrección: Gloria de Cristo según el Apocalipsis de San Juan, Maiesatas Domini y entronización del año.

El conjunto se completa con representaciones de los signos del zodíaco y de un calendario agrícola, aunque las últimas investigaciones plantean la teoría de que no es un calendario propiamente, ni está dedicado a los campesinos, sino que es una metáfora sobre el paso del tiempo. Durante mucho tiempo los frescos de San Isidoro de León fueron reconocidos como un estilo franco románico, que penetró en España gracias a los caminos de peregrinación (Camino de Santiago) y a los contactos políticos con Francia. Su desarrollo significó, en su zona de influencia, la erradicación definitiva de los restos de bizantinismo, del simbolismo excesivo y la riqueza de los atavíos, y el comienzo de los grandes ciclos historiados hispanos. Algunos expertos ven esta huella francesa en el predominio de fondos blancos, en la predilección por pocos colores fundamentales aplicados en superficies lisas y  su gran expresividad .Frente a la hipótesis de un artista extranjero, actualmente toma fuerza la teoría de que las pinturas son obra de un taller leonés, más conocidos por sus ilustraciones de libros miniados que por su pintura mural.